¿Blanco o Negro? (Día 3 del Reto "52 Relatos")

¿Blanco o negro?

¿Cómo he podido terminar así, yo, el gran Jack Archer, el gran Cuervo Blanco? El hombre que consiguió vencer a treinta, el hombre que salvó la vida de cientos cuando todo el mundo ya rezaba por tener un final sin sufrimiento excesivo, el hombre que llevaba la luz a todos los lugares de Yellowtown, el hombre capaz de devolver la esperanza a quienes vagaban por el filo de la desesperación, a punto de ser sumidos por la oscuridad.
¿Y todo eso para qué? Para nada, o eso es lo que parece. ¿Cómo puedo estar encerrado, inmóvil, en este lugar? Maldita sea, no hay nadie que me custodie, que me vigile, que tenga como objetivo el evitarme salir. Y, sin embargo, aquí sigo, sin poder moverme, sin poder abrir los ojos, sin ser capaz de respirar de forma tranquila.
Ojalá ella no lo hubiera descubierto, ojalá que nunca hubiera hecho la prueba… En realidad, podría decir que ojalá no hubieran pasado muchas cosas. ¿Soy un necio por simplemente pensar en esto en vez de salir de esta maldita cueva e intentar salvar a la multitud en apuros? Él diría que sí.
En momentos como este no puedo evitar echarle de menos, no puedo evitar necesitar sus consejos, ¡yo era simplemente su ayudante, maldita sea! Sin embargo, eso ya no es así, y la gente me considera un héroe hecho y derecho por lo que conseguí estando a su lado. No creo que esté a la altura.
-Sé que has pensado durante mucho tiempo en por qué me llaman Caballero de la Noche y, aún con eso, me consideran un héroe y he elegido a un cuervo blanco como mi ayudante. -Me dijo, sonriendo. -Es porque tú me aportas la luz que le falta a mi vida, es un equilibrio perfecto, quiero que lo hagas tuyo.
Es todo lo que me dijo antes de morir, antes de caer al suelo ante mis ojos en la fría noche, antes de ser engullido por la oscuridad. ¡¿Y pretende que yo lo entienda, que yo lo vengue o algo así?!
Tengo que respirar.
Tengo que…
Tengo que…
Ya no sé ni cuál es mi deber en esta ciudad, en esta vida. Quizá sí que deba acercarme a la oscuridad, como me dijo, quizá sí que tenga que dejarme llevar y tomarme la justicia por mi propia mano…
No, eso nunca. No pienso renunciar a mis principios, por muy mal y muy bajo que acabe. ¡Yo soy de los buenos! Eso lo tengo claro.
Sonrío, entre lágrimas.
-Quizá es eso a lo que se refería, quizá no todo sea blanco o negro, quizá sí haya grises, en realidad, quizá necesite esa oscuridad conmigo. Es el momento de alzar el vuelo, por fin, de extender mis alas negras, de evolucionar.

Yellowtown, es la hora de dar la bienvenida a un nuevo héroe, saludad al Cuervo Nocturno. 

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